Pasan los días, muchos desde la última entrada en este blog, y lejos de calmarse las aguas y vivir una democracia con tintes de normalidad, nos encontramos inmersos en un país, donde lo de Ali Baba y los cuarenta ladrones en un chiste, un cuento para niños.
Aquí trinca todo el mundo y a mayor responsabilidad, mayor trinque.
Trinca la casa real, con el cuñaoooo em-Palma-o, trincan los exministros, los expresidentes, los exdiputados, los alcaldes, los presidentes de comunidad, los diputados, concejales, consejeros, creo que hasta los ujieres, si te descuidas.
Y mientras siguen trincando, unos y otros, independientemente de su color político, al final se confirma aquello de que es el mismo perro, pero con distinto collar.
Lo dicho, mientras unos y otros roban, engañan, estafan, prevarica, malversan y trincan, en el resto de la realidad, nos vamos a SEIS MILLONES DE PARADOS.
Que se dice pronto: SEIS millones.
Ni reforma laboral, ni subida de IVA, ni nada.
Al final los ciudadanos, en paro, con aumento de todo tipo de impuestos, directos, indirectos, colaterales, etc., y los de siempre enriqueciéndose a nuestra costa, llámale SGAE, gobierno, políticos, consistorio, o lo que quieras.
Al final, la realidad es tozuda y nos recuerda que éste es un país de ladrones, que para nuestra desgracia nos gobiernan y que legislan para conseguir escurrir el bulto de una u otra manera.
El día que veamos a Urdagarín (por ejemplo), entrar en la carcel, ¡ese día!, habremos dado un gran paso, al menos en nuestra dignidad.